Tierra.

Y va un días más, o menos,
depende de quien sea,
pero y qué,
ahora la vida es destrucción.

Me encuentro en la oscura habitación, escribiendo, versos, textos u poemas,
y son como yo; o como la habitación;
tan sombríos, oscuros, llenos de dolor,
una inmensa oscuridad se apodera de las almas rotas,
les culpan las desgracias, la muerte y el horror,
¿pero y si a veces no hay salvación? ¿o sí..?

A veces solo una cosa puede salvarnos.. o alguien, nadie lo sabe,
la eternidad de la vida robada, de un Dios inexistente,
o de los siete pecados capitales,
de ángeles oscuros, con alas tan blancas como su piel,
y el alma; tan negra como sus ojos,
tan vacíos como el abismo,
que me da un vértigo de alucine.

Con la espada en la mano juraste no volver a amar,
a pesar de todo, de todos,
pero un día el cielo se revolucionó,
donde la guerra fue brutal;
donde ya tu promesa se acabó rompiendo en mil pedazos,
tan esparcidos como el corazón del bello ángel.
Y sin volver a querer,
porque al final querer es la muerte,
y no muere, porque es un valiente,
porque cada ángel es guerrero.
Pero un día todo cambio,
y ahora el ángel dejó de ser inmortal,
porque el amor le arrancó las alas sin dolor,
porque le condenaron al infierno en la Tierra,
donde no hay paz ni felicidad;
solo amor y dolor.