Alquimista.


Le vi
y dije:
que sea lo que Dios quiera
pero joder,
yo ya lo he visto todo.
Mentira.
Mentira.

Tendríais que verle
reír
sonreír
bailar
mirarme
hablar.
Tendríais que verle
simplemente
cautiva.

Llamadle alquimista,
hizo de ruinas
ciudades.
Su boca era una mina de oro
y joyas,
pero si hablamos de su lengua
es como descubrir el paraíso.

Sabía que muchas cosas no existían
pero creo en los hechos
y él,
era uno.
Por eso creo.

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