Y joder, quién no se iba a pillar por esos ojitos tristes,
esa boca que dice -internamente- soy desastres,
y sí, en plural porque se deja llevar cuando quiere.
Se puede con todo cuando se quiere
--sólo falta eso: querer--
y no sabéis lo que llena llegar al final
y verle ahí, sonriéndome
diciendo que no soy lo que esperaba,
que soy mejor.
Llora y jode, que no todos estamos cuando lo haces
pero qué imbéciles y cuánto les doy las gracias por irse,
dejarme paso y encontrarte.
Que todo pasa por algo, o eso dicen. Y tú.
Tú eres más que algo, eres
eres
como llegar del colegio y ponerse
a ver los dibujos favoritos que echaban en la tele.
Que eres -inevitablemente-
una tradición, día a día, que no se quiere perder.
Que qué bien es dejar de ver pasas los días
cuando, por fin, alguien te hace pasar de ellos.
Que eres verano. Pero te quiero en todo el año.
Ojalá nunca te falten las palabras para escribir cosas como esta.
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