En negro, como sus ojos.


Yo no sabía esperar hasta
que vi pasar a la vida
y dijo tu nombre con una boca
que me volvía loco.

Quizás la cosa está en que te hagan soñar despierto
y con la mano en el pecho a cada momento.
Que te reanimen el alma después de haber dejado
de vivir
y te recorran la espalda con la boca.
Que te abracen tan fuerte y rompan
miedos
y sepan que tú, vida,
eres quién los hace, y no quién los tiene.

Que qué más da que tengas esa parte rota
en ti
y
digas
que
no
puedes
irte
y
sonrías
tontamente
mirándome
mientras
yo sí que me rompía,
porque nadie se resiste a ti,
a esa boca hecha de ilusiones
magia
ciudades
y océanos.

Estabas hecho de vida
y de electricidad,
por eso reanimas
y sonríes teniendo miedos,
para que se queden a jugar
a vivir
y a enseñarte a no llorar.

Porque, tú, vida, eres quién hace soñar
y sueña
que lo necesitan
como cuando yo a ti te miro
al negro de tus ojos
y veo pasar el tiempo
y el mundo
de tu mano.

Comentarios

Publicar un comentario