Inhumano.



Dispara.
Salva.
Mata.
Y desarma la coraza.
Habrá algo que tu boca
no haga sin volcar a la vida
y se mueva como si no fuera de la Tierra.

Siendo naufrago
y pirata
y médico
y astronauta
y caníbal
si hablamos de ti
y tus ganas de dar guerra.

Joder, con esas pintas de desastre
y siendo quién pasa desapercibido
al pasar,
excepto cuando vive
y se gira
a
cogerle
el
culo
a
la
vida.

Sabe que ha ganado y por eso se tira de cabeza a todo
¡bendito vacío! -podríamos decírselo a tus ojos-,
pero todos sabemos que hablamos de cómo follas y lloras.
De cómo bailas a oscuras pensando que solo te ve tu locura,
pero te ve la Luna, tan sola como tú, vida.
Pero tú brillas y deslumbras al miedo
y te levantas para lamerte las heridas como si tuvieras siete vidas
sabiendo que con una sola te basta para llegar lejos.

Y lo que daría por estar en la cima de todo
y decirte que:
"no hablemos de que todos los caminos van a Roma.
Van a ti, vida, que aunque estés hecha de ruinas
más de una noche resurges de las cenizas."
No sé de qué hablo, si de ti o de mí.
De si he conquistado el mundo en tu boca mientras me enredo en tu pelo
o de si lo has hecho tú cuando sales a vivirte.

Sabes a domingo de resaca siendo lunes
y a vida. Tú, que ya no eres de aquí.
Que eres de dónde te rompen y arreglan,
por eso estás hecho de ruinas y corres descalzo
por la acera a las cinco de la madrugada.

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