Domingos con sabor a ti.



Te he visto odiar los domingos por culpa de tu pelo deshecho,
y yo aquí, odiándolos por tu ausencia en mi pecho.

Como faltas, vida.
y te llamo así porque la das,
la quitas
y vuelves a pasar.

Joder, qué sería del mundo cuando no te vea sonreír sin miedo,
con tu vestido azul cielo y esos ojos color primavera,
porque tú, señorita, siempre tuviste su esencia.

Porque acaricias por dentro cual brisa mañanera
y desapareces en la sombra riéndote de todo,
como si fueras a volver -me digo-.

Ojalá tú sí fueras despertador y no despedida
porque me enseñaste a perderme en las curvas de tus manos
y a besarte las heridas que tanto escondías.

Te quise, joder. Te quise tanto que todavía te quiero.
Y te desquiero por las noches para olvidarte sabiendo
que, tú, señorita, eres de las que hacen soñar aún no estando.
- Colocarn0s.

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