Me he dado cuenta de que se es feliz con muy poco. Un abre la puerta, estoy abajo, he venido a verte. Una canción dedicada, algún mensaje inesperado. Llamadas a las tantas solo para poder escuchar la voz del otro. Una risa. No sé, dedicarle tu tiempo a alguien es lo más bonito de todo.
Alguien que diga que no necesita nada excepto a mí, que conmigo iría a por todas. Y que a por mí iría al final de los mundos. Alguien que se arriesgue, que no le dé tanto miedo. Que me quite el miedo.
Que me dé la mano y me diga que ya puede con todo, que mi risa le llena. Que se muere de ganas de hacerme vivir, que ya no me mato, sino que renazco. Que me mire y sin decir nada, me lo diga todo. Que me grite, alguien tiene que hacerlo. Y abrazarme después. Que me rompa, alguien tiene que hacerlo, porque yo ya no puedo. No, no puedo más, no me tengo más. Alguien que salga a encontrar aún estando a su lado. Que me bese y no pare. Que no cure heridas, que por algo están ahí de recordatorio. Que no se mate, que me dejé hacerlo a mí. Curarnos después. Salvarnos. Destrozarnos. En algún punto tendremos que odiarnos y acabar en ira para acabar en la cama diciéndonos que no necesitamos más. Alguien que me quite la coraza y me arranque el corazón para quedárselo él, que me diga que no lo necesito, que va a cuidar de mí y que ya no necesito protegerme ni esquivar balas, que él es mi chaleco antibalas, mi vía de escape, mi incendio, mi salido, mi hogar. Alguien que me llame loco cuando me dé por no parar de reírme y que le encante mis momentos felices, que pa triste estoy yo. Que me diga que no he sido feliz porque no me han hecho lo que merecía: que era hacerme feliz. Que me diga que soy más que suficiente y vuelva en horas. Que me diga que no olvida en dos días, pero que me quiso desde que me vio sonreírle sin querer mientras, sin querer, le miraba. Que no me diga te quiero porque sabe que me rompo al escuchar esa frase pero que me la diga por la noche y por la mañana porque sabe que estará ahí para recoger mis trozos. Que me haga llorar cuando yo no pueda, porque sabe que si exploto huyo. Y me creo. Sé que mi naturaleza es huir, esconderme y protegerme, pero no sé dónde. Que salga a por mí en mitad de la lluvia y me diga que es el cielo el que llora por mí y que yo nunca he llorado. Que me dedique una canción y me diga que la radio está llena de mí, que arañe y acaricie. Que le dé igual el monstruo, que sonríe de puta madre. Alguien que me erice la piel mientras esté cada vez más cerca y me diga que no piensa salvarme, que soy irrompible y nunca lo he necesitado. Alguien que, al fin y al cabo, sea valiente. -Colocarn0s.
Pues sí, son esos pequeños detalles los que de verdad te hacen feliz, y te hacen ver quién te quiere de verdad y quién estará ahí pase lo que pase, y quién no.
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