Deicidio.

Yo solo sé huir, hasta de mí mismo; me protejo como quien es de cristal y no quiere ser roto y acabar abandonado pero por fuera es de metal indestructible y una capa de hielo indiferente que podría parecer que podría ir en una expedición, matanzas a todas las tierras e inundar el olor a sangre en los nueve cielos en un rojo atardecer que sangra al verlo todo; me río, como si en este punto no podría saber si era una risa suave y profunda, haciéndolo de corazón, o te helará hasta la columna vertebral como si hubieras caído en un vacío frío y oscuro. Protegerse es esencial, libre de todo y moverse como un fantasma por cada lugar y vida sin poder quedarse, ocupar un lugar. Nunca se olvida pero siempre se cambia para adaptarse a la situación. No duele, tan insensible con un tiempo que ya no pasa y se ha quedado todo congelado en un cuerpo y corazón de piedra que empieza a agrietarse lentamente y no puede curarse ni con saliva, ilusiones declaradas y un roce que podría aplastarlo sin querer de calor pero sin suficiente tiempo, todo llega demasiado tarde, como si se pidiera a gritos que podrías traer desastre y que rompes todo lo que tocas y te ríes porque tú sobrevives en un estado innato de caos del que no puedes salvarte ni en una calle llega de gente que te miran como si fueras a quedarte pero tan difícil de alcanzar, tan cerca y tan lejos que llega a casi nada con esa indiferencia y esos ojos crueles y fríos que dan sensación de peligro, de rómpeme, de reírse en voz alta y desaparecer queriendo saber qué hacer consigo mismo en un suspiro que ya no cuenta cuando te has querido a ti mismo y lo harías todo por verte bien, incluso un deicidio, matar con esas manos suaves y sucias que atraen de todo menos buena suerte que provocan terremotos y tsunami cuando toca y pisa, lo rompe todo y besa de puta madre pero nunca mirar dos veces hacia atrás, como si estuviera andando perdido y sin sentido teniendo que dejarse poquito a poquito a sí mismo en el camino que va desapareciendo en un rastro interminable de miedos e ilusiones que podrían desnudar a cualquiera y esperar algo que nunca llega en una parada andante que ya no puede protegerse pero que lo ha matado todo, excepto la risa.


Comentarios

  1. ¿Qué podrías hacer si estuvieses siempre cerca de alguien que te guste, pero que no puedes estar con esa persona? Imagina que sabes que esa persona existe, pero que no se fija en ti, que son de mundos diferentes

    ResponderEliminar
  2. No me exprese bien, me refiero a que si estuvieses en esa misma situación

    ResponderEliminar

Publicar un comentario